El "doofpot" holandés redescubierto para la chimenea

Ejemplo típico holandés de frugalidad

El doofpot es un ejemplo típico holandés de frugalidad. Consiste en una olla con una tapa que se puede sellar de forma lo más hermética posible. La olla suele tener patas pequeñas. Cuando los habitantes se alejaban del fuego, se colocaban en ella pedazos de madera ardiendo o humeantes. La falta de aire hacía que la madera se extinguiera y quedara carbonizada. El doofpot también se usaba para apagar la turba o el carbón, ambos combustibles para usar en una estufa.

Doofpot en una chimenea holandesa

Material

El 'doofpot' de los siglos 18 y 19 se hacía principalmente de cobre rojo y latón. Sin embargo, las calderas de piedra también datan de periodos anteriores.

Desde la Edad Media

El primer uso del doofpot ocurrió al menos en la Edad Media. En aquel entonces, muchas casas estaban hechas de madera, y era un riesgo dejar un fuego humeante.

Funciones del doofpot

Uso eficiente de la leña

En los días en que todo el mundo cocinaba y calentaba con madera, la leña era escasa y cara. Esto era especialmente cierto en los Países Bajos densamente poblados. En los siglos 18 y 19, grandes partes de los Países Bajos estaban completamente deforestadas. Al poner la madera ardiendo y humeante en el doofpot, se detenía gran parte de la combustión y los pedazos de madera carbonizados podían utilizarse nuevamente al día siguiente.

Encendido a mano

Los pedazos de madera carbonizada funcionaban bien como yesca para el próximo fuego.

Reducía el riesgo de incendio

Especialmente en casas con exteriores o interiores de madera, dejar un fuego ardiendo o humeante era un riesgo de incendio. El uso del doofpot reducía este riesgo de incendio.

Reduciendo humo y hollín en la habitación

Un fuego que se apaga lentamente produce mucho humo y hollín. El uso del doofpot reducía estas emisiones. Como resultado, la habitación se volvía menos cargada y requería menos pintura frecuente.

Usar el doofpot es incluso ahora una elección sostenible

Muchas de las funciones del doofpot son más actuales que nunca. La leña y la yesca son escasas y caras; nos gustaría ahorrar en eso. Mucha gente hoy en día tiene un suelo de madera que es un riesgo de incendio. Además, nos gustaría seguir calentando, pero de la manera más sostenible posible. Al usar el doofpot, se reduce la emisión de partículas.

En resumen, es hora de que nos demos cuenta de nuevo de que podemos recurrir a soluciones antiguas para enfrentar nuevos desafíos.

Doofpot en una antigua chimenea holandesa